Tras
quince años curtiéndose en algunas de las propuestas más directas y
enérgicas del rock español más innovador, como los seminales Fantástico Hombre Bala o los más recientes Skizoo, el cantante y compositor Morti nos ofrece ahora una nueva entrega de su gran creatividad y sensibilidad musical.
Prolongando su faceta más íntima y emocional que ya reveló en ese póquer de poetas musicales que fue Bushido (EMI, 2004), junto a Enrique Bunbury, Shuarma y Carlos Ann. Morti presenta con ExMundus
un ramillete de nuevas composiciones, algunas de ellas nacidas en los
paréntesis y descansos de aventuras musicales anteriores, surgidas desde
lo más profundo de la particular palpitación creativa de su autor. Si
hasta ahora conocíamos a un Morti vitalista y enérgico, dueño de un discurso propio que redefinía los tópicos del rock, con ExMundus nos
encontramos ante un autor más sereno y lírico que nunca, que nos invita
a entrar en su ingrávido cosmos creativo con la exquisita hospitalidad
propia de los grandes anfitriones.
Sin efectos epatantes y respetando siempre la inteligencia del oyente, la música de Morti nos
sumerge en un universo poblado de personas que se relacionan y
desencuentran, algún ser mitológico que aporta la magia de lo
extraordinario, miradas entomológicas a la condición humana y paisajes
nocturnos misteriosos. A través de letras que apelan a la comunicación
sencilla y directa, y sin descuidar la forma poética de unas historias
que remiten a las grandes y pequeñas vicisitudes humanas, Morti
se revela con un discurso propio y tremendamente sugerente, que le
convierte en un verdadero rara avis dentro del panorama musical
contemporáneo español.
Este
universo lírico personal e intransferible, probablemente la mayor
sorpresa que encierra este debut para los que ya seguían a Morti en la jungla del rock y el discurso del doble bombo, es enriquecido musicalmente por los músicos integrantes de su nuevo proyecto. Dos de los más destacados músicos españoles, como son el batería Charly Sardá (FHB y Manolo García) y el guitarrista Daniel Baraldés (FHB, Macaco, Jarabe de Palo), y la sangre nueva que aportan Ricky Froutchman (Shuarma) a la guitarra, Pablo Salas (Unfinished Simpathy), Juzz a los teclados y la producción artística de The Pinker
Tones y la ejecutiva de Charly Chicago, generan las texturas musicales
que acompañan a la perfección el espíritu de las letras. Toques de pop,
rock y electrónica se amalgaman con atmósferas teatrales y toques
exóticos para generar un discurso musical que escapa de las definiciones
fáciles, y que tiene en su particular singularidad uno de sus más
destacados valores. Y
sí, aunque la mirada creativa a veces se fije en el pop – rock
anglosajón de reciente hornada o en el legado de algunos ilustres
francotiradores contemporáneos, la música de esta formación barcelonesa
transita por territorios sonoros y conceptuales muy poco habituales en
nuestra escena musical.
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