ELLOS TIENEN LA “NOCHE DE SETAS” Y YO LA DE “COCLETAS”
CRÓNICA DE PONY BRAVO EN EL LOCO.
Pues si, todo lo bueno termina... se pasan los días, se pasan conciertos, se termina el bono de entradas que gané en el concurso del Festival Urbano de Valencia. Pero bueno... todo lo que bien empieza bien acaba, ¿no? ¡Pues si! No pudo terminar mejor, y lo hizo con el concierto de PONY BRAVO.
El día era un poco raro. Un viernes de esos largos y lluvioso. Pero con el subidón ese, de ir de concierto. Así que allí nos fuimos. Con ganas de concierto, de encontrar aparcamiento pronto y con hambre. Nuestro eterno amigo el chino Ximo estaba hasta la bandera, como de costumbre, así que nos tocó cambiar de sitio e innovar. Cruzamos la calle y entramos en el primer sitio que vimos. No recuerdo el nombre del local, solo que tenían croquetas de cocido y de bacalao para cenar. Así que no nos quedó otro remedio, y se estableció la noche de las “cocletas ”. Si, si, “cocletas”, porque si lo hubiera dicho bien en su momento, no se habría añadido tal festividad al calendario.
Con el estómago lleno, básicamente de fritanga, nos fuimos al Loco. Y es que este grupo, me tiene “to’ loca”. Hace un tiempo que los llevo siguiendo y pude disfrutar de la actuación anterior en Valencia, así que esta vez no podía ser de otra manera. Tenía que ir a verlos y a disfrutar de un conciertazo, pero por favor: ¡Tenéis que venir más!
Es de estos grupos que tienes ganas de ver, porque sabes que no te van a defraudar, al contrario, cada vez que los ves te impresionan y te sorprenden más. Empezando con “La voz del hacha”, después de una larga intro debido a problemas con el micro, terminaron con una nueva canción “Mi DNI”, y entre medias una seguidilla de canciones que no te permiten dejar de bailar. Por cierto, esa canción anticipo del nuevo disco, es genial, y creo que no solo me lo pareció a mi. El cambio de instrumentos entre ellos, los ritmos de la batería a manos de Javier Rivera combinados con la guitarra de Darío del Moral, la presencia indispensable del bajo y arte de Pablo Peña y la voz de Daniel Alonso a los teclados, forman una mezcla perfecta. Pudiendo dar la impresión que no hay ningún mensaje en esas letras, solo hace falta prestar un poco de atención para encontrar unos ideales bastante claros.
Todo el día deseando escuchar ciertas canciones, de las que no preguntéis porqué, pero no me cansaría nunca. Entre ellas “Noche de setas”, “La rave de dios” y “Trinchera”. Como la vez anterior me faltó “Pony bravo”, pero después del “peaso” de concierto, se lo perdono todo.
Así que nada, llevo un día con sus voces metidas en la cabeza... y supongo que hasta el próximo concierto no se me pasará.
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